lunes, 8 de junio de 2009

Alguna parte


Aquella persona vivía cerca de mi casa. Era un hombre algo mayor y bastante corpulento. Cada mañana muy temprano, lo veía caminar rápido hacía alguna parte.Hace unos días que ya no lo veo. Imagino que habrá llegado hacía alguna parte.


Cuando me asomo a la ventana ahora, lo echo de menos. Cuando lo veía no sabía que pronto dejaría de hacerlo. Tampoco sabía que aquella persona era yo misma.Tuve que haberlo intuido, ya que una tarde, nos cruzamos por el barrio. Él me sonrió y levantó una mano para saludarme. Convencida de que no era a mí, yo no le respondí. Éramos casi vecinos, pero nunca nos habíamos visto cara a cara. Yo seguí mi camino…Hasta hace unos días que me dí cuenta de su total ausencia.Aún así, sigo asomándome a la ventana para ver si aparece. Pero sólo veo a una mujer mayor y a un chico caminando rápido hacia alguna parte. Toda la gente que suele andar por la calle, parece que tiene prisa y lo mejor de todo, es que parece que saben donde está alguna parte. Yo nunca he ido hacía allí. Pero es posible que alguna mañana temprano, baje a preguntarles donde está alguna parte y si queda lejos… tal vez si lo hago, llegue hasta donde está aquel hombre al que ahora echo de menos…


Supe que ese hombre soy yo misma, anoche. Fue cuando soñé con él y me sonreía con encanto cuando lo vi. Me decía que sabía quién era yo y por que miraba tanto por la ventana de mi casa. Me dijo mi edad y cuanto tiempo hace que le observo. Me dijo que no hace falta que corra como hacía él, para ir a alguna parte. Me dijo que sintiera mis pasos, más que contar cuantos daba por minuto. Sabía que no me gustaban las prisas, pero que muchas tardes, me iba a la calle y me incorporaba al tráfico que formaba la gente que pasaba por allí, y corría como ellos, sin saber realmente a donde iba. Por supuesto que nunca llegaba a alguna parte. Regresaba a mi casa después de varias vueltas al barrio, sintiendo que alguna parte no estaba en el mapa.


Es posible que este hombre se me vuelva a aparecer esta noche. O tal vez no, pero por lo menos, aunque no sepa donde está alguna parte, sé como he de ir hacía allí… despacio, sin prisas y dándome cuenta de mis pasos. Un pie delante de otro, un silencio tras otro. Poco a poco y con confianza en llegar, el camino se aparecerá ante mí.


Mañana volveré a la calle temprano y seré consciente de lo que me rodea. Lo importante no es llegar a alguna parte, sino ver lo que rodea el camino. La calle parece vacía… voy a asomarme a la ventana, tal vez hoy lo vea.

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