Las creencias que tenemos sobre nosotros mismos, nos hacen ser de una manera determinada.
Somos muchos los que tenemos, o hemos tenido, complejos por nuestro aspecto físico o por cualquier otro motivo.
Tener esos complejos en ocasiones, nos para o no nos permite avanzar como deseamos.
No somos perfectos, y sin embargo en los anuncios de televisión, por ejemplo, o en los programas y revistas, suelen aparecer personas que lo parecen. Nos venden cremas para las arrugas, reafirmantes, tintes de pelo, maquillaje, comida o pastillas que nos ayudan a no engordar o que nos adelgazan.
Vivimos rodeados de todos esos estímulos, que nos hacen creer que tenemos que ser como las personas de los anuncios.
Nuestros complejos se multiplican, que aunque en muchos casos no son reales, se acomodan en nuestro día a día, y nos hacen actuar y pensar de determinada manera.
Los complejos nos reclaman todos los días, para que nos miremos en el espejo sin ganas, para compararnos con aquel que nosotros creemos que tiene éxito, y sentirnos inferiores y poca cosa.
Tendemos a idealizar lo que no somos o lo que no tenemos. Pensamos que lo de fuera es mejor que lo que vemos en nosotros mismos o en nuestro entorno más cercano.
No eres perfecta.
No eres perfecto.
No tienes porque serlo.
Te animo a que dejes atrás los complejos y te quieras y te respetes.
Todos los días, después de ducharte, mira tu cuerpo entero desnudo en el espejo,
Mírate primero, de modo global y luego céntrate en lo que no te gusta, y míralo como miras a alguien que quieres, ya sea tu pareja, tu hijo o tu nieta.
Focaliza ese cariño en esa zona que te incomoda de ti mismo.
Mírate con ese amor durante unos minutos, y descubre tu cuerpo como algo nuevo y positivo.
Poco a poco y día a día, podrás ver lo que realmente tienes delante de ti. Lo que se refleja en el espejo sin malestar y sin complejos.
Recuerda: ¡Eres una persona maravillosa!
¡Quiérete!
9 comentarios:
cuanta razón tienes Carol, y lo que nos cuesta ponernos delante el espejo y mirarnos tal como somos. Deberiamos hacerlo a menudo . un abrazo. roser
Carol con que sencillez explicas las cosas, y que faciles parecen, y cuanto nos complicamos la vida segun como la miremos. Un abrazo
Hola Carol: muy buen tema, y muy buen consejo.
Buf, yo creci con un monton de complejos, me costo mucho tiempo quitarmelos de encima.
Con los años, ya miras las cosas de otra manera.
Ahora aun es peor que en mis tiempos, nos acosan, por todas partes, es dificil no caer, en algun complejo.
Se esta haciendo mucho daño a las jovenes, y niños. Los padres los primeros.
Tengamos salud, y sintamos afortunados por ello. Todo el mundo tiene su encanto.
Abrazo
Qué bueno! me encantó leerte... el culto a la belleza y a la juventud de esta sociedad en la que vinimos produce mucho daño a mucha gente, incluso a gente bien joven... un ejercicio muy recomendable el que propones del espejo. Gracias y un abrazo!
Olvidamos que el cuerpo es el vehículo que nos permite vivir en este planeta, experimental tantas y tantas maravillas que en él se encuentra.
No somos el cuerpo, somos mucho más que lo que vemos.
Bella entrada.
Un abrazo.
Tienes muchisima razón. Nosotros msimos nos creamos los complejos y tenemos que aprender a soltarlos.
Abrazo. Jabo
Tienes muchisima razón.
Roser: Muchas gracias por tu comentario. Un beso :)
Casas Rurales Estella: :) Gracias! Te agradezco mucho todos tus comentarios. Tienes razón: lo facil que puede ser todo y como lo llegamos a complicar... Besos
luzy: Gracias guapa :) Yo creo que casi todos hemos crecido con esos complejos. Me quedo con tu frase: "Tengamos salud, y sintamonos afortunados por ello. Todo el mundo tiene su encanto" :) Un fuerte abrazo!
Gemma: Que bien! Me alegra que te haya gustado :) De nada! Abrazos!
Carmelo Mesa: Gracias :) Si. Yo también creo eso desde muy pequeña: no somos el cuerpo, somos mucho más que lo que vemos.Un abrazo :)
Jabo: Muchas gracias por tus palabras :) Besos
peliculas completas: Gracias por tu comentario. Un saludo :)
Maravilloso, cuando alguien te desea algo positivo, crea un puente de luz hacia ti, un abrazo, Carmen
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