Llevas años
con tu cuerpo. Seguramente, ya sabes qué hacer cuando te duele, por ejemplo, la
cabeza. O cuando te sientes cansada por el largo día.
Es posible
que tengas una rutina establecida, que tampoco piensas mucho.
Te
sientas en el sillón más cómodo. Respiras profundamente y pones la televisión,
mientras relajas toda la tensión acumulada a lo largo del día.
Tu cuerpo
ya está más tranquilo… Pero… ¿Y tu mente?
Tus pensamientos
siguen con la marcha frenética de la jornada, y no te dejan estar lo tranquilo
que desearías.
Tal vez,
el dolor de cabeza, se acentúe…
¿Qué
haces en estos casos? ¿Qué estrategia o rutina sigues cuando tu mente no
descansa y te bombardea con imágenes pasadas o pensamientos que no te relajan?
Te animo
a que los contrarrestes con relajación y afirmaciones positivas.
Y si
ves que no te funciona, paciencia…
Entrenar
el cuerpo requiere tiempo… entrenar la mente también.
Cada vez
que tu cabeza no deje de pensar. En cada ocasión que te haga aumentar tus dolencias
y miedos, repite para ti:
“Hoy es
un día mágico.
Me lo
voy a tomar con calma.
La vida
es maravillosa.
Todo está
saliendo bien”.
Repite las
frases de modo individual y utiliza las que más te gusten o te ayuden en relación
a la situación que quieres solventar.
Tú tienes
el poder de llegar a tener tranquilidad en todo tu cuerpo y en tu mente.
Aprende
a escuchar tu mente.
Hazle caso,
como si de un dolor de espalda se tratara.
Ponle solución
a tus pensamientos recurrentes.
Conoce tu
mente.
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