Eres quien deseas ser en este instante.
No has dejado de conseguir tus sueños ni tus deseos, en
ningún momento.
El gran cuadro que representa tu vida, lo has dibujado tú,
desde que eras pequeña.
Y sigues haciéndolo.
Los pasos que has dado, son los mismos que diste.
Tu cuerpo ha cambiado, sí, pero lo que eres no lo ha hecho.
Cierra los ojos un momento, e imagina una gran habitación
con un lienzo en blanco, muy grande, colgado de una de las paredes.
Cuando lo hayas visualizado, abre los ojos.
Ese lienzo eres tú. Dentro de él, se comienzan a tornar
colores y sombras, luces y reflejos.
Imagínate delante del cuadro.
Observa cómo se van formando escenas de tu vida en él, con
tan solo observar una parte del lienzo.
Eres tú el que estás dibujando los retazos de tus deseos.
Nadie más que tú.
Eres la persona más importante de ese cuadro. Eres su
artífice y su protagonista.
Sin ti, el lienzo sigue vacío, sin colores, sin vida.
Por eso, hoy te animo a que te des cuenta de que eres el
creador de tu historia.
Estás aquí y ahora.
Vive sin miedos.
Todo está bien.
Sigue dibujando tu vida.
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