¿Hace cuánto tiempo que no te
ofreces esa recompensa merecida?
La desgana y la falta de energía
que a veces tienes, es porque has perdido la motivación que necesitas para
continuar.
Todos necesitamos esa motivación
para actuar.
Y los pequeños refuerzos positivos
son importantes para seguir activos.
Unas palabras de aliento: "Lo
has hecho muy bien", o una comida dulce, cada vez que hagas alguna tarea o
actividad, te pueden ayudar a ser más feliz y a no pararte o sentirse decaída.
No hace falta que ese refuerzo te
lo den otros. Tú eres también un buen apoyo para ti mismo... Por eso, cada vez
que estés agotada o sin energía, que pienses que no puedes más, siéntate y respira profundamente tres veces.
Ofrécete unas afirmaciones
positivas acerca de tu valía personal ("Soy una persona maravillosa")
y piensa en aquello que te apetece hacer desde hace tiempo, y hazlo.
Los objetivos de esos deseos,
tienen que ser realistas y alcanzables por ti en ese momento, porque de lo
contrario, te frustrarás y continuarás con tu cansancio y desgana inicial.
Así que coge papel y lápiz y en donde
te encuentras, haz una pequeña lista de aquellas cosas que te apetece hacer, y
que te servirán como reforzadores para cuando hagas alguna actividad.
Recuerda: los deseos han de ser
asequibles para ti y que no te perjudiquen ni a ti ni a tu entorno.
Una vez que tengas la lista de
deseos, regresa a tu rutina.
Cuando termines de cocinar (por
ejemplo), mírate en un espejo y di en voz alta: "Soy un gran cocinero. Me
gusta quien soy".
Cuando termines ese trabajo que te
absorbe tanto, coge la lista y elige aquella actividad que más te apetece, como
comerte un helado.
Disfruta de cada cosa que hagas y
no se te olvide hacer cada día algo que te apetezca realmente hacer.
Vive el momento.
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