Cada
vez más, observamos a nuestro alrededor como las personas con poder, nos hacen circular
por donde a ellos les conviene.
Mientras
estemos adormecidos, seguiremos ese camino sin darnos cuenta de las trampas que
hay en él.
Como
si fuéramos un aventurero de comic, tenemos que forjarnos de ganas y de
utensilios para torcer nuestros pasos y pasar por donde nosotros realmente
deseamos.
Aunque
parezca difícil, no tenemos por qué hacer siempre las mismas cosas.
Ver
ciertos programas en la televisión, leer poco o nada, no mover nuestros cuerpos
ni tener una alimentación saludable… son algunas de los cambios que si hacemos,
nos hará sentirnos mejor.
Sé
que piensas que no es tan grave o que no es cierto, que tú haces realmente lo
que quieres…
Bien…
Te pregunto… ¿Eres feliz? ¿Te gustaría ser o hacer otras cosas distintas
mientras estás por ejemplo en el trabajo? ¿Te gusta tu vida?
Cuando
tenemos un malestar, solemos atajarlo con remedios externos y no darle
importancia…
“Ya se irá el dolor”, “No pasa nada. Esta medicina me hará bien”.
¿De
verdad que eso que tomas te hace sentir bien?
Tal
vez en ese momento, pero ¿y después?
Buscar
soluciones en el exterior es una manera rápida de no aceptar la responsabilidad
que tienes con tu cuerpo y tu mente.
¿Son
muchas las veces que te duele la cabeza y la “curas” con una pastilla?
Analiza
tus molestias. Pregúntate porque estás así.
¿Tal
vez te “tragaste” un sentimiento? ¿Te preocupa que nada vaya bien?
Lo
que piensas, se refleja en tu cuerpo y en lo que haces.
Tú
eres el inicio de tu cambio.
Si
deseas estar sano, deja de comer en exceso, deja de beber alcohol… No fumes más…
Conviértete
en el artífice de tu camino y comienza a andar por donde tú deseas…
Sin
miedos.
Sin
preocupaciones y con mucho ánimo.
¡Tú
puedes!
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