miércoles, 29 de enero de 2014

Vivir sin enfados



Hola.
Hace tiempo que no hablas contigo mismo.
¿Has visto cómo últimamente casi todo te sienta mal?
No tienes paciencia y parece que no quieres tenerla.
Cada día es una lucha en tu cabeza. Te enojas, te quejas, te agobias en muchas de tus actividades diarias...
¿Has notado que esa actitud te cansa aún más?
Piensa en ello por un momento...
Al final todo llega y todo pasa. Pero mientras tanto tu mente, tus pensamientos repetitivos y tu conducta, te han agotado al extremo...
Y te pregunto... ¿Para qué?
¿Te ha servido de algo estar tan malhumorada? ¿Has hecho que tu semana sea más llevadera?
Imagino que tu respuesta es que no.
Todo lo contrario...
Estos días te animo a que te des cuenta de cómo te tomas las cosas que te pasan. Cuál es tu actitud ante los acontecimientos diarios.
Si observas que te enfadas o te exasperas con facilidad, respira profundamente una vez antes de actuar o dar un grito.
¿Crees que así se solucionará todo antes?
No... ¿Verdad? Y encima seguramente después tendrás algún síntoma físico como dolor de cabeza, que en realidad te has provocado tu sola.
Vivir sin enfados no es tarea sencilla, peto si eres consciente de como reaccionas y de lo que piensas, podrás poner los medios adecuados para solventarlos.
De todo aprendemos. De los malos días o de los malos momentos, mucho. Pero has de darte cuenta de que algo falla. Porque, por ejemplo, si te doliera un pie y no fueras capaz de sentir ese dolor, no podrías poner remedios a esa dolencia y el dolor se podría convertir en algo crónico y malo para tu salud general. Seguirías andando cada día sin más, y en algún momento tu pie se torcería o se rompería... Entonces ya no podrías caminar más.
Lo mismo ocurre con tu forma de actuar. Si no te das cuenta de que enlenteces tus tareas y creas un ambiente difícil de estar, seguirás haciendo lo mismo una y otra vez.
Sin embargo, si cierras los ojos y respiras tranquilamente antes de reaccionar (tanto a nivel mental como conductual), podrás llegar a vivir mejor. En definitiva, vivir sin enfados.
¡Tú puedes conseguirlo!

¡Ánimo!


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