miércoles, 5 de febrero de 2014

Un Lienzo en Blanco

Imagina que no tienes nada que hacer.
¿Qué estarías haciendo si no tuvieras ninguna obligación o responsabilidad que cumplir?
Imagínate por un momento haciendo esa actividad que te apasiona o no haciendo nada.
¿Verdad que te sientes bien? Tu cuerpo y tu mente están tranquilos. Estás muy relajada y contenta. No hay pensamientos invasivos y molestos. Tampoco te duele aquella zona del cuerpo que suele molestarte cuando estás en tensión.
Se puede decir que eres una persona feliz...
Ahora te pregunto... ¿Qué pasaría si hicieras de todas las actividades que haces a lo largo del día, algo significativo para ti? Creer que lo haces porque quieres y te gusta... Porque como antes, no tienes otra cosa que hacer.
Cierra los ojos y respira profundamente tres veces.
Visualiza que estás en una habitación vacía.
Lo único que hay delante de ti es un lienzo en blanco.
Tú sujetas la paleta con unos pocos de colores. Al mirarlos sabes que cada color refleja una emoción...
Y ahora te dispones a pintar un cuadro abstracto. Solo manchas de colores que esparces con tus dedos.
Siente el tacto de la pintura y el contacto con la aspereza del lienzo.
Saborea cada instante que dibujas.
En cada movimiento hay una decisión previa y tomada por ti, en función de como deseas que sean tus emociones y tus sensaciones.
Nada te para. Sabes dónde van cada uno de los colores y sabes que hacer para que tu cuadro se parezca a como deseas ser y estar.
Todo fluye de forma sencilla.
Tú eres el creador de esa obra. Tú eres el que coge esos colores y lo plasma sin prejuicio alguno.
Te sientes libre. Sin ataduras mentales.
Sabes que eres el creador de tu historia y te sientes bien por ello.
En ese instante, una idea te viene a la mente y la repites en voz alta: "Puedo hacer que mis tareas diarias se vuelvan más amenas. Yo soy el que toma la decisión de cómo actuar y pensar. Soy el creador de mi vida".
Una pequeña sonrisa aparece en tu rostro y te das cuenta de que ya has terminado el cuadro.
Una explosión de colores vivos inunda tanto el lienzo como la habitación vacía. Te sientes bien.
Respira profundamente una vez.
Abre los ojos.


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