Desde
hace tiempo voy preguntando a las personas de mi entorno lo que han soñado.
Sean adultos, jóvenes o niños, me suelen responder todos lo mismo: “Yo no sueño”.
A
lo que les respondo: “Si que sueñas, pero no te acuerdas”.
¿Tú
recuerdas tus sueños?
Nuestra
mente, como sabemos, es muy obediente.
Hace
un tiempo, decidí poner en práctica un ejercicio para “despertar” en sueños,
pero seguir soñando.
Durante
el día me decía a mi misma: “Voy a soñar con esto esta noche”. Me lo repetía
mientras estaba en casa, cocinando, en la cola del mercado o mientras caminaba.
Una de las veces transcurría por la calle, mientras comenzaba a llover fuerte.
No tenía paraguas pero si un chubasquero con un gorro grande.
Aquella
noche me desperté en el sueño. Me “despertaron” las gotas de agua sobre mi
cabeza protegida por el chubasquero, y me di cuenta de que estaba realmente
soñando con la situación del día. No tardé mucho en despertarme de verdad, pero
la sensación fue genial.
Había
podido “controlar” mis sueños y allí estaba de nuevo bajo el fuerte aguacero,
consciente de que estaba soñando.
Vivimos
con esa parte de nuestra vida todos los días y sin embargo no queremos saber
nada de ella. Decimos que no recordamos los sueños o que no soñamos y lo
dejamos ahí. Sin embargo, todos y todas soñamos, aunque creamos que no.
De
hecho, podemos vivir en los sueños si así lo deseamos, e incluso, retomarlos
donde nos habíamos quedado, noche tras noche.
No
creas que tú no puedes soñar, porque sí que puedes.
También
puedes deshacerte de las pesadillas nocturnas si durante el día le das la orden
a tu mente de soñar con, por ejemplo, un bosque repleto de sonidos y calma. Visualiza
durante el día ese paraje deseado. Hazlo con todo detalle. Siente con todos tus
sentidos. Nota los olores, los sonidos y los sabores. Practica durante el día,
lo que vivirás por la noche.
Eso
sí, no esperes que ocurra de repente. Tienes que tener la constancia de quién
repite la lección día tras día, o recita un mantra. De hecho, otra forma para
despertarte en sueños, es repetir durante el día una palabra o una frase
motivadora.
Disfruta
de tus sueños y obsérvalos. Son algo más que unos recuerdos borrosos o algo que
nunca ha pasado.
La
capacidad de soñar está intacta en nosotros.
No
te rindas y abre los ojos a tus sueños.
Hay
todo un mundo lleno de magia en la palma de tu mano.
Comienza
diciendo durante el día para ti, que esa noche soñarás. Cuando te despiertes
escribe tus sueños en una libreta e intenta recordar las sensaciones.
Hazlo
realidad.
¡Podemos
soñar!
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